Tenga interés y demuéstrelo. Cuando se demuestra verdadero interés y una viva curiosidad, se alienta a los demás a hablar con libertad. El interés también agudiza nuestra atención.
Armonice. Trate de entender el punto de vista, las suposiciones, necesidades y creencias de la otra persona.
Tenga paciencia. No se apresure a sacar conclusiones. Permita que la otra persona termine de hablar. Prepare su respuesta sólo después de cerciorarse de que ha comprendido.
Busque las ideas principales. Evite que la distraigan los detalles. Concéntrese en la idea principal. Esté atento. A menudo la gente habla para “descargarse”. Es posible que el mensaje principal sean los sentimientos de la persona, y no los hechos.
Controle sus propios sentimientos y puntos de vista. Todos escuchamos de forma distinta. Nuestras convicciones y nuestras emociones filtran y en algunos casos llegan a falsear lo que oímos. Tenga conciencia de sus propias actitudes, prejuicios, creencias y reacciones emotivas al mensaje.
Note el lenguaje no hablado. Un encogimiento de los hombros, una risa nerviosa, los gestos, las expresiones del rostro y las posiciones del cuerpo dicen una enormidad. Comience a “leerlos.”
No prejuzgue. A menudo tomamos parte en una conversación con una opinión ya formada, por lo menos parcialmente, basándonos en nuestra experiencia anterior. Estos prejuicios pueden impedir que recibamos nuevos mensajes.
Practique escuchar. Oír es algo pasivo. Nuestro Sistema Nervioso hace todo el trabajo. Escuchar es algo activo requiere prestar atención, y por lo tanto es un esfuerzo mental. Escuchar es una habilidad, y por lo tanto se puede aprender a escuchar.
Busque confirmación. Asegúrese de que realmente está escuchando. Haga una pregunta. Confirme con la otra persona lo que ésta acaba de decir.
Dr.Wakin
0 comentarios:
Publicar un comentario